viernes, 1 de noviembre de 2013

/15/


Confieso que me apetecía mucho hacer este capítulo porque es apasionante mostraros mi nueva faceta. Soy toda una señora. Por fin entiendo qué es eso de comparar precios en el supermercado, pesar frutas y verduras y preguntar a las reponedoras dónde está el azúcar para que me respondan “cariñet, en el segundo pasillo”. Eso sí, todo eso en checo. Así que sigo buscando el azúcar.

Básicamente aquí hay tres cadenas de supermercados importantes: Billa, Tesco y Albert. Nosotros vamos a Billa porque es el más barato, el más grande y el que mejor marca blanca tiene (Clever). Los productos de primera necesidad en el supermercado son muy baratos, aunque la cuenta final suba un poco por esos caprichos de Bridget Jones que metemos en el carrito.

Ir con Ana a la compra puede ser un coñazo, especialmente cuando llegas a la sección de panes. Somos como una pareja de recién casados. Yo espero con el carro en una esquina intentando no obstaculizar el paso a las ancianas mientras ella pasa unos veinte minutos cogiendo y dejando panes. Mientras tanto yo tengo que buscar en el traductor si el pan es integral o blanco, de trigo o de centeno. Por cosas como ésta es por las que invertimos toda la tarde cada vez que vamos al supermercado.

La verdura y la fruta son muy frescas, y puedes comprar naranjas, pimientos, ajos o tomates españoles mejores y más baratos que en nuestro propio país, cosa que no entiendo. Para que os hagáis una idea, estoy empezando a comer tomate porque aquí está realmente bueno. La carne es excelente, pero no hay ternera, solo cerdo y pollo. Y cientos de tipos de salchichas, pero todas están malísimas. Si eres adicto al queso, aquí es difícil desintoxicarte, porque tienen de todos los tipos habidos y por haber, incluidos quesos españoles.

El pescado no existe, porque el mar más cercano debe estar a 2000 km. Puedes conseguir pescados de río rollo trucha, suele haber salmón pero es caro y luego tienes un par de estantes de pescado congelado. Pero me juré a mi mismo que no comería Abadejo de Alaska, Panga o varitas de merluza. Venden atún Calvo y millones de conservas Isabel en los supermercados. El aceite de oliva suele ser griego. Y carísimo. Un cuarto de litro nos costó cuatro euros. Ahora hemos comprado medio litro de aceite de Tarragona por seis pavazos, pero está bastante decente.

Lo que más echo de menos es el tomate frito, que no existe, y sobre todo las legumbres. Lo del tomate lo he solucionado comprando una salsa preparada de importación italiana que es tan ácida que hay que echarle medio kilo de azúcar, aunque sabe bastante bien. Pero lo de las legumbres sigo sin solucionarlo. En serio, necesito un cocido de mi madre, unas lentejas con chorizo o una fabada. El otro día compré Baked Beans porque quería sentirme como un vagabundo de Leeds, pero fueron directas al WC. ¿En serio los ingleses desayunan eso? ¿No me estáis vacilando?

Hay productos como las sopas de sobre, las especias o los yogures que vienen en envases individuales. Aquí el concepto Hacendado “pack indivisible de tres” lo tienen muy superado. Tampoco son muy fans de los conservantes, y tienes que estar atento a todo lo que tienes en la nevera porque por ejemplo los yogures caducan dos días después de la compra y la carne más de lo mismo. Compramos un café que se llama Paloma porque echo de menos a mi hermana.

Aquí debe estar de moda el concepto Viva México Cabrones, porque hay una sección dedicada únicamente a comprar todo lo que necesitas para hacer mexican party, con la consiguiente diarrea del día siguiente. También tienen como tres mil tipos de noodles y billones de salsas. El otro día un checo me dijo que aquí los macarrones se comen con ketchup. Yo hay cosas que no entiendo, de verdad.

Ah bueno, y después de que mi madre me diese el coñazo pasándome ciento cincuenta recetas en las que el vino blanco era IMPRESCINDIBLE, compramos también un tetrabrick estilo Cumbre de Gredos. Eso sí, también me intentó convencer de que tenía que comprar Brandy, pero no estamos en Cuéntame. Y además acabaría bebiéndomelo un martes por la noche. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario